Hora: Entradas anticipadas: - Entradas taquilla: - Planta: Espacio Artlab Tipo: Fast expos
«Mirar es asombrarse. Siempre. Abrazar lo otro con nuestros ojos debe ser siempre fuente de fascinación, de asombro, de estimulación y de desubicación intelectual. O casi. Esta máxima vital es la que vertebra la obra de Amaya Lalanda, creadora española afincada en Madrid desde donde, nos mira a todos nosotros con unos ojos sagaces y una lengua mordaz. Y es que ella no sólo mira. Ella atornilla y desguaza los hechos y sus símbolos para nosotros. Cada obra suya contiene dentro de sí un precepto moral —un pacto tácito con el espectador— de exigencia de sorpresa y duda. Entender el mundo de un modo severo y uniforme es incompatible con el disfrute de estas obras de collage digital, pues todas ellas son preguntas, dislocaciones de sentido (la clave para el humor según Freud), incertidumbres y diálogos con uno mismo.
Por su formación, su trayectoria y sus inclinaciones estéticas Lalanda anida en tierra de nadie. En el intersticio donde todo fluye descamisado y con polisemia juvenil es allí donde tienen lugar estas obras. Porque no “son” o “están”, “tienen lugar”, pues su ciclo de significación solo emerge cuando el espectador entra en la narrativa de la obra (information feedback loop) aportando la maquinaria para que todas las piezas cobren sentido. Pura interactividad. Krautrock y Joseph Turner, Louie Füller y Albert Camus, Donna Haraway y la Bauhaus, Las Grecas y el postporn, Saturday Night Life y Republic Designers, Nikola Tesla y DJ Hell, todos configuran al unísono una melodía que suena en la cabeza de esta artista cuando ejecuta su labor de disección, recontextualización, resignificación y estilización.»
Abraham San Pedro, comisario de arte.